Biohacking o transhumanismo

Biohacking y transhumanismo: ciencia para mejorar nuestras capacidades

La tecnología nos fascina; se trata de una de nuestras pasiones más evidentes. Este ámbito parece no conocer límites a la hora de evolucionar y crecer y algunas de sus aplicaciones nos dejan sin palabras incluso a día de hoy. Sin ir más lejos, hay personas que tratan de «mejorarse» a través del biohacking y de la filosofía transhumanista. ¿Qué es eso del biohacking? Sigue leyendo, que te lo contamos.

El concepto de biohacking parece sacado de una novela de ciencia ficción. Básicamente, hace referencia a transformar y potenciar la condición del ser humano a través de la tecnología. Pero no estamos hablando de un hecho aislado, sino que existe un movimiento cultural e intelectual alrededor de este término. De hecho, algunos seres humanos ya utilizan las herramientas de las que disponemos para impulsar sus capacidades. Estamos hablando de nada más ni nada menos que de los cíborgs.

Ejemplos de biohacking transhumanista

Al inicio del artículo hemos mencionado el transhumanismo. Normalmente, aquellas personas que pierden algún miembro del cuerpo, por ejemplo, tratan de recuperar esa función a través de la tecnología. Sin embargo, los transhumanistas no buscan únicamente solventar este problema, sino que buscan diferenciarse del resto de seres humanos a propósito. A continuación presentamos algunos ejemplos para ilustrar esta idea:

  • Implantes para análisis sanguíneo. En 2013, los investigadores del Instituto Federal Suizo de Tecnología desarrollaron un dispositivo implantable que hace las veces de laboratorio de análisis sanguíneo portátil. Esta herramienta está formada por cinco sensores, un transmisor de radio y un sistema energético básico para poder funcionar. El aparato analiza las encimas de la sangre y transmite los datos a través de Internet sin necesidad de mayor intervención.
  • Implantes RFID y NFC. ¿Conoces las tecnologías RFID y NFC? Se tratan de la identificación por radiofrecuencia y de la comunicación de campo cercano, respectivamente. Estas herramientas permiten intercambiar datos sin necesidad de introducir información manualmente. Ya existen implantes que integran toda la información personal que el usuario desea para interactuar con más rapidez con dispositivos de todo tipo, desde cajeros automáticos hasta el control de puertas de acceso. Solo queda preguntarse hasta qué punto es segura esta opción.
  • Cámaras en los ojos. El Proyecto Eyeborg lleva desde 2017 dedicándose al desarrollo de cámaras de vídeo aplicadas a prótesis de ojos. De hecho, ya hay una persona llevando este dispositivo. Rob Spence, el primer cíborg de este tipo, es un director de cine que perdió el ojo en un accidente y que decidió obtener esta perspectiva única. Ahora puede literalmente grabar todo lo que ve.
  • Dedos magnéticos. Los hay que no se conforman con poseer los cinco sentidos habituales y que desean uno extra. Estamos hablando de poder percibir el espectro electromagnético gracias a la integración de pequeños imanes en la yema de los dedos. Dependiendo de la potencia del imán es posible incluso atraer pequeñas piezas de metal.
  • Interfaz neuronal. Actualmente ya es posible implantar electrodos en los nervios para obtener y generar estímulos en brazos o piernas prostéticas. Es el método más utilizado para conseguir que un amputado pueda llegar a mover los dedos de un brazo artificial.

Cíborgs que han explotado el biohacking

Como decíamos, los cíborgs no forman parte del mundo de la ficción. Existen y, de hecho, viven como cualquier otro ser humano. Algunos de ellos han aplicado la tecnología a sus cuerpos para experimentar y otros lo han hecho por necesidad.

El caso más popular conocido es el de Neil Harbisson, que nació con un problema ocular que solo le permitía ver en blanco y negro. Para solucionarlo, ideó y se implantó una herramienta que traduce los colores en sonidos. Este cíborg activista no se siente 100% humano, por lo que estamos ante una nueva forma de entender la humanidad que podría reivindicarse en un futuro.

Lepth Anonym es también una cíborg pero sus objetivos son distintos a los de Harbisson. Lepth, una conocida hacker, se ha inoculado más de 50 implantes a lo largo de los años. Su finalidad está clara: experimentar para reunir datos y que el resto de hackers puedan aprovecharlos para hallar finalidades concretas en estos «aumentos».

Hugh Herr, profesor asociado en el MIT y jefe de investigación de biomecatrónica, sufrió un accidente que provocó la pérdida de sus dos piernas. Fue pionero al llevar un par de piernas bióticas avanzadas que permiten imitar el funcionamiento de los tobillos y las rodillas. La complejidad técnica de estos dispositivos se nos escapan a muchos, pero no cabe duda de su utilidad y proyección de futuro.

Hacia una sociedad transhumanista

El biohacking es solo una de las opciones que ofrece la tecnología más puntera. ¿Hasta dónde llegarán los avances científicos? Lo que está claro es que, a medida que estas opciones se democraticen serán cada vez más habituales. Por ello, no debería sorprendernos ver crecer el número de cyborgs transhumanistas con el paso de los años. Si tuvieras el poder adquisitivo y las herramientas adecuadas, ¿qué aspecto de tu cuerpo aumentarías? Plantéatelo porque quizá en un futuro sea algo mucho más sencillo de realizar de lo que crees.

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