Cómo convertirse en Smart City. Comunicación, conectividad y Big Data

Vivimos en un mundo en el que las comunicaciones son una necesidad y los datos la nueva moneda de cambio. La prueba es que a muchos nos resulta imposible salir de casa sin el teléfono móvil. Actualmente, estamos acostumbrados a disponer instantáneamente de todos los servicios y de toda la información que necesitemos. Por ello, no es de extrañar que la mayoría de ciudades quiera convertirse en Smart City.

En Zemsania Global Group somos expertos en automatización y digitalización e impulsamos a las ciudades inteligentes con nuestros servicios

Las ciudades inteligentes o Smart Cities cuentan con un sistema de comunicaciones excelente. De hecho, la base de este tipo de urbes es el uso de los datos para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Aunque el proceso de adaptación tecnológico no es sencillo ni barato, impulsa varios aspectos de la ciudad. La economía, la comunicación, el turismo y los trámites administrativos son solo algunos de ellos.

El aumento de la densidad de población en las ciudades

Según la ONU, el 70% de la población mundial vivirá en ciudades. Esto implica que más de 6.000 millones de individuos compartirán hábitat en estas urbes. Actualmente, este número alcanza los 3.600 millones, por lo que el aumento exponencial de población ya es una realidad. Este fenómeno no se limita a los países más ricos, puesto que los que están en vías de desarrollo también lo vivirán. La tendencia es y será, entonces, el vivir en ciudades.

Aprovechando esta gran afluencia humana, las ciudades inteligentes potencian la colaboración entre el ciudadano y el propio gobierno. Se trata de modelos mucho más abiertos que promueven la innovación, la competitividad y el atractivo de las propias ciudades. No solo se trata de servir al ciudadano, sino de mejorar los propios servicios gracias a los datos que desprende.

La urbanización de la población es un reto, especialmente en el ámbito de la sostenibilidad. Una gran concentración de individuos implica un mayor gasto de recursos y un aumento de las emisiones tóxicas. Esta problemática hace más necesario que nunca avanzar hacia el modelo inteligente, puesto que mejora la gestión de las ciudades, incluyendo los aspectos ecológicos. Por ello, convertirse en Smart City es un proceso recomendado para hacer frente al gran aumento de población.

Elementos clave para convertirse en Smart City

Para poder mejorar la gestión de las ciudades es necesario modificar la estructura de gobierno. Además, hay que adaptar los procesos comunicativos e incentivar la participación de los cargos públicos.

  • Comunicación y conectividad. La hiperconectividad endémica de la Smart City debe garantizar la comunicación entre la sociedad civil y el gobierno. Por ello, no es de extrañar que estas ciudades se basen en gran medida en las TIC. Una Smart City debe disponer no solo de redes Wi-Fi, sino que debe ofrecer acceso a todo tipo de trámites a través de Internet. La hiperconectividad permite poner al servicio de los ciudadanos todos los datos que necesiten.
  • Big Data. Todo lo que hacemos en Internet queda registrado, y también es así en el caso de los dispositivos IoT conectados a la red. Los sensores permiten controlar diversos aspectos para adaptar las políticas económicas y sociales. Además, el Big Data permite averiguar cómo y por qué se aglomeran las personas en lugares concretos. Esto es esencial para establecer estrategias a nivel de políticas públicas. Sin embargo, no hay que olvidar la privacidad de los ciudadanos.
  • Sostenibilidad. Las herramientas smart son fundamentales para garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. El environmental IoT, por ejemplo, es una tecnología basada en sensores y dispositivos conectados que permite optimizar la gestión de residuos. Además, tiene aplicaciones en el mundo de la agricultura y en el sector energético. Este elemento promueve las energías renovables y el ahorro de las no renovables, entre otras cosas. Otro factor clave de la Smart City es que debe fomentar la participación ciudadana para mejorar la sostenibilidad.
  • Movilidad. El transporte público es esencial en toda urbe. La movilidad permite que todos los habitantes puedan desplazarse sin problemas e incentiva a disminuir el uso de los vehículos privados. Por ello, este aspecto es beneficioso tanto para el ciudadano como para el medio ambiente. En este sentido, para convertirse en Smart City hay que asegurar la automatización, electrificación y conectividad del transporte público.

Beneficios de las ciudades inteligentes

Las Smart Cities tienen varias ventajas sobre las urbes convencionales. Garantizan la conexión a Internet, pero este es solo un aspecto superficial de este tipo de poblaciones. Todos los beneficios que desgranamos a continuación tienen relación entre sí, por lo que se retroalimentan:

  • Gobierno inteligente. Las ciudades inteligentes disponen de una administración pública mucho más versátil. Poseen el control de los datos relacionados con las infraestructuras de la ciudad, cosa que les permite tomar las mejores decisiones a la hora de gestionar presupuestos y acciones. Además, los sensores IoT establecidos en la ciudad facilitan las comprobaciones del estado de los bienes públicos. El gobierno inteligente puede, en definitiva, establecer prioridades mucho más fácilmente.
  • Optimización de recursos. Al estar hiperconectadas y aprovechar la tecnología IoT, estas ciudades pueden destinar los recursos económicos justos y necesarios a cada fin. Entre otros muchos aspectos, se mantiene el control de la lumínica de la ciudad y el consumo energético en general mediante una red eléctrica inteligente o Smart Grid. Otro ejemplo es la tecnología Smart Water, que gestiona el agua potable de la ciudad para evitar pérdidas y ahorrar al máximo.
  • Mejora del medio ambiente. Consecuencia directa de los avances en sostenibilidad. Existen muchos dispositivos inteligentes para proteger el medio ambiente. Entre ellos, encontramos estaciones de calidad de aire, redes eléctricas conectadas a parques eólicos, paneles solares, sensores lumínicos o semáforos smart que se adaptan a la frecuencia del tráfico.
  • Habitabilidad. Uno de los objetivos primordiales de la Smart City es asegurar la comodidad del ciudadano. Por ello, y en relación a los puntos anteriores, estas ciudades suelen ser más seguras, cuentan con espacios verdes y con zonas de recogida de basura limpias y eficientes, etc. Todo esto las convierte en el blanco ideal de nuevos habitantes, que contribuyen a mejorar la propia ciudad, puesto que se alimenta de los datos y de la participación ciudadana.

Gestión inteligente para asegurar la conversión a Smart City

Para convertirse en Smart City, las ciudades deben integrar un sistema de gestión inteligente que permita administrar su infraestructura. La tecnología es la que debe ofrecer un control casi total de los factores que afectan y modifican la ciudad. Así, será posible cumplir con los objetivos anteriormente expuestos.

Seguir un plan estratégico, asegurar un liderazgo gubernamental inteligente y utilizar las herramientas más indicadas es vital para garantizar la dotación de inteligencia a las ciudades. Es importante que los profesionales del sector público pasen por un proceso de reciclaje para adaptarse a la tecnología de gestión smart. Además, hay que tener en cuenta a los agentes necesarios para que una ciudad pueda convertirse en Smart City. Los principales son los servicios urbanos, las empresas tecnológicas, las instituciones públicas, las universidades y las empresas emprendedoras.

Una vez realizado el análisis de las necesidades para convertirse en Smart City podremos dar inicio al proyecto. Hay que recordar, sin embargo, que el desarrollo hacia un modelo inteligente es progresivo y lleva tiempo. Es preferible acometer este proceso de forma paulatina para no cometer errores y no vulnerar la privacidad de los ciudadanos.