El valor de los datos y por qué nuestra información interesa a las empresas
El valor de los datos es el tema del momento. El nuevo RGPD, los escándalos de Facebook, la venta de información… Todos estos asuntos han puesto en el punto de mira el tema de la privacidad. De hecho, es habitual encontrar noticias acerca de empresas que tratan con la información privada de sus clientes para obtener beneficios. La mayoría de organizaciones tienen interés en conseguir estos datos, pero los métodos de obtención varían. Teniendo en cuenta la gran demanda de este tipo de información cabe preguntarse cuál es el valor de los datos y a qué precio se pueden conseguir.
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Grandes empresas como Google o Facebook son algunas de las principales interesadas en obtener la información de sus usuarios. Por desgracia, en algunos casos sus métodos pueden ser algo invasivos. Veremos por qué los datos son valiosos y cómo los utilizan estas empresas. Además, echaremos un vistazo a la compra ilícita de información para comprobar el valor de los datos en la Dark Web.
Google y el rastreo constante
Google, el gigante de Internet, no solo rastrea e indexa el contenido que buscas. Según un estudio de la Universidad de Pricetown, Google accede a las ubicaciones de los dispositivos móviles gracias a aplicaciones propias y de terceros que utilizan su tecnología. No importa que desactives el historial de ubicaciones, Google encontrará la manear de rastrear tu posición con fines comerciales.
Sin embargo, la empresa asegura que su metodología es transparente respecto a la geolocalización. Afirma que dispone de varias herramientas para «mejorar la experiencia de la gente» en este sentido: el historial de ubicaciones, la actividad Web y App y los servicios de ubicación de los dispositivos. De hecho, una de las soluciones para evitar este rastreo constante es desactivar la herramienta «actividad Web y App».
La información inherente a nuestras localizaciones habituales es de gran valor. Muestra cuáles son nuestras preferencias en varios sentidos y revela dónde solemos hacer transacciones. Esto no solo vulnera la intimidad de los usuarios, sino que permite la recopilación de datos privados. Sin embargo, cabe decir que pocos usuarios leen con detenimiento los términos y condiciones de los productos que utilizan y es habitual que se den ciertos consentimientos de forma irresponsable.
Vínculos entre los bancos y Facebook
Según el Wall Street Journal, Facebook ha negociado con entidades bancarias para que cedan los datos de los clientes con la finalidad de mejorar su oferta de servicios. En este sentido, Zuckerberg pretende hacer de puente entre los bancos y los usuarios de su plataforma. Todas estas negociaciones han tenido lugar tras el escándalo de Cambridge Analytica, por lo que la confianza en esta marca ha quedado dañada.
A pesar de que algunas de las utilidades que Facebook quiere integrar en su plataforma son útiles, sin duda también implican cierto riesgo. Por ejemplo, tienen intención de brindar acceso al saldo de las cuentas bancarias del usuario a través del chat de Facebook, Messenger. El objetivo siempre es el mismo en estos casos: personalizar el servicio. Si bien en algunos países ya pueden realizarse transacciones con PayPal a través de esta plataforma, parece difícil que pueda sustituir las aplicaciones bancarias.
La parte negativa de todo esto es que Facebook utilizaría estos datos para averiguar dónde, cómo y cuándo compran sus usuarios. Aunque niegan que vayan a compartir datos bancarios, es evidente que trabajarán con la información extraída de las transacciones realizadas, puesto que desean potenciar la publicidad, su principal fuente de ingresos, ofreciendo productos mucho más específicos.
El valor de los datos en la Dark Web
Según las estimaciones que han realizado varios medios como El Economista, en la Dark Web, el valor del «pack completo» con todos los datos personales de un individuo alcanza los 1.000 euros. Aunque pueda parecer caro, si alguien realiza la inversión puede averiguar quién eres, dónde vives y cuál es tu empleo en cuestión de segundos. En realidad, el valor de los datos es incalculable, pero no siempre somos conscientes de ello.
Según Eddy Willems, ciberexperto de la empresa GData, el número de identidad de una persona cuesta unos 70 euros. Por los dígitos de la cuenta bancaria se pagan unos 50 euros. Como vemos, la fuga de nuestros datos privados puede poner en peligro nuestra economía y nuestra propia integridad.
Cabe destacar que la mayoría de ataques tienen éxito gracias a los descuidos de los usuarios. Uno de los ciberataques más comunes, el phising, es una técnica de propagación de correos electrónicos con archivos o enlaces fraudulentos y potencialmente peligrosos. En estos casos es habitual recibir emails falsos de entidades bancaria comentando que ha habido algún problema. Estas comunicaciones suelen generar alarma para conseguir que el usuario haga clic fácilmente e infectar su equipo.
En conclusión, debemos poner en una balanza nuestra privacidad y las facilidades que nos proporciona entregar nuestros datos, pero siempre debemos hacerlo de forma consciente. Además, es importante contar con nociones básicas en ciberseguridad para evitar los ataque siempre que sea posible.