Qué es la innovación enfocada y cómo debes utilizarla para ayudar a tu empresa
“Renovarse o morir” es un refrán que usamos como muletilla para muchos asuntos del día a día, pero en cuanto la usamos para definir la Era Digital que nos está tocando vivir, adquiere un significado literal.
Actualmente, las empresas necesitan de un cambio y aprendizaje constantes para mantenerse en un puesto visible dentro del mercado, para seguir creciendo como marca y llegar a más clientes. Y es que las empresas ya no funcionan como antaño y ahora han de centrar sus atenciones a las necesidades del cliente y ser capaces de adelantarse a cualquier cambio para, en definitiva, ser uno con el nuevo ecosistema empresarial actual y no quedar en el olvido.
Con la Transformación Digital presente, es fácil perder el norte y dejar pasar recursos o no saber invertir correctamente el tiempo en el desarrollo de nuevos productos y servicios que serían esenciales para el futuro de la compañía. Para ello, nace la Innovación Enfocada, cuyas dos vertientes se basan en la necesidad de poner al cliente en el centro del proyecto, como eje principal, y la necesidad de constante adaptación e innovación respecto al mercado actual, para estar siempre conectados con la actualidad.
Conseguir que ambos puntos vayan cogidos de la mano nos conduce, sin lugar a dudas, a esta nueva metodología que ayuda a generar ideas y soluciones en el proceso de creación siempre teniendo en cuenta que, lo primero, es el cliente.
La cultura de la Innovación Enfocada al cliente ha llegado para quedarse y desde el Grupo Zemsania, como expertos en Transformación Digital, queremos hablarte de la vital importancia de que las empresas más tecnológicas la incorporen en sus filas para estar al día de los últimos recursos.
En qué consiste la Innovación Enfocada
La Innovación Enfocada parte de la clara idea de que, cuanto mejor entendamos las necesidades y deseos de nuestros clientes, antes llegaremos al objetivo por el que nos han contratado y antes daremos con el éxito, puesto que los clientes de hoy día están más que acostumbrados a la inmediatez, la agilidad, a las experiencias rápidas y fáciles. Para ello, es primordial que el mundo que rodea nuestros clientes sea conciso, perspicaz y muy, muy inmediato.
Al mismo tiempo, debemos estar preparados para trabajar en primera línea o “front-line”, siempre pendientes de las últimas innovaciones en tecnología o para saber qué se cuece en el mercado actual, para ser siempre los más rápidos.
Por eso, para aplicar la innovación enfocada de manera adecuada, es necesario tener en cuenta una serie de conceptos:
Sentir empatía
Es vital trabajar con la mente de nuestro cliente en nuestra propia mente y, en general, ponernos en su piel constantemente con el claro objetivo de ser empáticos. Para ello, debemos comprender las necesidades y deseos para realizar un producto o servicio centrado en sus objetivos. Sin esta parte, es imposible llevar a cabo las demás.
Hacer de la Innovación una forma de ser
La innovación debe ser una pieza clave y constante dentro de cara proyecto. Hay que estar siempre abiertos a nuevos cambios o ideas, hacer de la innovación una forma de pensar, para estar siempre a la última y conseguir que la empresa consiga siempre todos sus propósitos.
Analizar las nuevas tecnologías que nos rodean
Aunque tecnologías como la Inteligencia Artificial o el reconocimiento facial nos han facilitado mucho la vida, no siempre hemos de acudir a ella para solucionar cualquier bache en nuestro proyecto. A la hora de llevar a cabo el proyecto del cliente, hemos de analizar tanto el mercado como la empresa para saber qué es mejor para cada etapa del proyecto.
Ensayo y error, prueba irrefutable del éxito
La única manera de conseguir buenos resultados cuanto antes es poner a prueba nuestras innovaciones frente a los clientes para saber de sus opiniones y mejorar. Con sus aportaciones, podremos mejorar la experiencia hasta alcanzar la meta del proyecto.
Con la Innovación Enfocada, disponemos de todos los utensilios para conseguir crear productos y servicios que satisfagan al máximo tanto las necesidades de nuestros clientes como las de los usuarios finales, siempre y cuando nunca olvidemos que, para ello, hay que poner el cliente en el centro y orientar siempre nuestras acciones hacia todo tipo de soluciones.