Los 7 pilares clave de la metodología Agile

  • Agile es una metodología que permite a las empresas adaptarse de forma rápida y fluida a los cambios, y a evolucionar de manera eficaz acorde al momento y contexto de negocio.
  • Actualmente, las organizaciones están acelerando la adopción de nuevos perfiles, procesos, prácticas y tecnologías para respaldar los cambios en la entrega de productos y servicios.

 

El origen de la metodología Agile

La metodología Agile nació en el campo del desarrollo de software. En 2001, una veintena de desarrolladores redactaron el Primer Manifiesto Agile con los principios que subyacen en el nuevo enfoque, y cuyo valor más importante reside en la capacidad de poner al individuo en el centro del proceso de desarrollo.

El gran éxito de Agile está vinculado a la capacidad que ofrece para crear equipos cruzados funcionales perfectamente autónomos, capaces de analizar el problema desde diferentes puntos de vista y desarrollar rápidamente soluciones de alto valor.

Fue a principios de la década del 2000 cuando nacieron los primeros frameworks Agile como Scrum y Kanban, seguidos de muchos otros.

Recientemente, el concepto de agilidad se ha expandido más allá del ámbito del desarrollo de productos y software.

La última edición del Informe State of Agile publicada por Digital.ai, muestra cómo la adopción de la metodología Agile en el último año ha crecido significativamente, no solo en el área de desarrollo de software (pasando del 37% al 86%) y TI (del 26% al 62%, sino también en operaciones (del 12% al 29%), en marketing (del 7% al 17%) y en ventas (del 5% al ​​11%). 

Los 7 pilares Agile

  1. Perfiles clave

Hay dos figuras esenciales en un proyecto gestionado en modo Agile. El Product Owner, generalmente un contacto del cliente que recoge los requisitos los formaliza en funcionalidades a implementar y los ordena por prioridad, alimentando el «product backlog», y el Scrum Master, el facilitador que organiza el equipo y favorece el intercambio de información entre sus miembros.

  1. Equipos dedicados

En el enfoque Waterfall, frecuentemente para cumplir con los plazos, es necesario involucrar a más personas, incluso por cortos períodos de tiempo; quienes en cualquier caso deben estar adecuadamente capacitados en el área de implementación.

En el diseño Agile, la organización basada en equipos pequeños y dedicados, mejora la calidad del trabajo y la productividad de las personas involucradas en el proyecto.

  1. Timeboxing

El proyecto se divide en iteraciones (Sprints) con una duración promedio de 3-4 semanas. En el inicio del Sprint, el equipo identifica la lista de características a implementar, apartándolas de la pila de producto (Product Backlog) por orden de importancia, y se planifican las actividades necesarias.

Todos los días, las personas involucradas en el proyecto tienen programada una reunión muy corta, generalmente de 15 minutos, durante la cual se comentan las evoluciones y también los problemas.

  1. Entregas frecuentes

La metodología Waterfall se basa en una secuencia de macro-lanzamientos, por lo que no es posible pasar a la siguiente fase sin haber completado la anterior.

Los proyectos Agile se caracterizan por lanzamientos frecuentes de versiones intermedias del software.

De esta forma, se evita el riesgo de retrasos en la entrega del proyecto y los tests de calidad son más frecuentes, analizando deficiencias y detectando anomalías que el equipo puede resolver fácilmente en la siguiente versión.

La tasa de éxito de un proyecto gestionado con la metodología Agile es casi el doble (42%) en comparación con las iniciativas gestionadas con la metodología Waterfall (26%). – Chaos Report 2019 – Standish Group

 

Un número creciente de empresas e integradores de sistemas están adoptando la metodología Agile Scrum para su transformación digital. Scrum también trabaja basándose en Sprints con tiempos definidos. Sin embargo, esta metodología es más concreta a la hora de estructurarlos. Los Sprints se dividen en distintas etapas: análisis, desarrollo y testing. 

  1. Participación directa del cliente

La interacción continua del cliente con el equipo está garantizada mediante herramientas de software como Jira, Azure DevOps o Trello que permiten gestionar todo el flujo de trabajo, tareas, tiempos y cualquier problema en tiempo real y de forma automatizada.

  1. Capacidad para cambiar los objetivos y las tecnologías «en curso»

En un panorama empresarial como el actual, muy dinámico y en constante evolución, sería impensable gestionar proyectos informáticos aferrándose a las hipótesis iniciales durante toda la duración del proyecto.

La evolución tecnológica conduce a mejoras continuas e introduce nuevas características que pueden ser explotadas inmediatamente en los proyectos.

El enfoque iterativo de Agile permite cambiar de opinión durante el proyecto y ajustar la toma de decisiones, quizás definiendo nuevos objetivos que inicialmente pueden ser respaldados por tecnologías y aplicaciones no contempladas.

  1. Centrarse en las necesidades empresariales

El ciclo de iteración termina con la Revisión del Sprint, que es la verificación del logro real de los objetivos del Sprint.

La Retrospectiva es otro momento central de la metodología Agile. A intervalos regulares, el equipo debate y las lecciones aprendidas servirán para dirigir los siguientes pasos de manera aún más efectiva, para asegurar que la funcionalidad implementada cumpla con las necesidades comerciales identificadas y los requisitos de calidad. 

 

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