¿Nuestros datos volverán a ser nuestros? El escándalo de Facebook y la nueva ley de protección de datos
Después del escándalo de la utilización de datos de usuarios de Facebook por parte de Cambridge Analytica, muchas organizaciones y activistas ponen en duda la impunidad con la que han operado algunas grandes multinacionales. A pesar de que en un principio se habló de 87 millones de usuarios afectados, las últimas informaciones que están publicando los medios de comunicación apuntan a que fueron muchos más.
La gran diferencia de este caso es que ahora, además de utilizar los datos para fines comerciales, también se utilizaron para desequilibrar la balanza en muchos procesos políticos, como por ejemplo la campaña electoral de Donald Trump o el Brexit.
Desde hace algunos años es conocida la utilización que hacen los partidos políticos de las redes sociales, especialmente para desinformar a los usuarios aportando contenido falso o spam a través de cuentas fraudulentas, especialmente en Twitter. Como decíamos en otro artículo de Zemsania, ya existen empresas que tienen el objetivo de controlar las Fake News, a pesar de que cada vez hay más herramientas para distorsionar la realidad que se apoyan en la utilización masiva de las redes sociales por parte de los usuarios.
Pero existe una gran diferencia entre exagerar una información o despistar gracias a argumentos adulterados y robar deliberadamente miles de millones de datos de usuarios para fines políticos. En Estados Unidos, después de la comparecencia de Mark Zuckerberg ante el Senado, cada vez se oyen más voces que abogan por la tradicional defensa de la propiedad privada que lleva imperando en las mentes de los estadounidenses desde el nacimiento de la nación. Este doble rasero, el de apoyar por un lado a los emprendedores y liberar a las empresas de excesivas trabas y controles y, al mismo tiempo, defender armados hasta los dientes la libertad y privacidad individual, no deja claro por donde irán los tiros a partir de ahora.
Los estadounidenses deben tomar una decisión: o bien seguir con las políticas liberales apoyando y espoleando el emprendimiento y la riqueza (tenga el coste que tenga) o poner coto a las grandes empresas como Facebook para que minimicen la utilización indebida de datos. En este segundo caso, el ejemplo lógico a seguir sería el que ha adoptado la Unión Europea con la nueva Ley de Protección de datos que entrará en vigor el próximo 25 de mayo de 2018.
Llegados a este punto, deberíamos preguntarnos si la nueva ley europea que tiene por objetivo empoderar a los ciudadanos devolviéndoles el derecho a gestionar sus datos será suficiente para frenar la nueva moda de sustentar campañas electorales con datos privados.
Qué dice la nueva ley de protección de datos sobre las redes sociales
Como decíamos, a partir del próximo 25 de mayo se aplica el nuevo reglamento europeo de protección de datos. Por eso, la Agencia Española de Protección de datos se ha puesto manos a la obra y ha recogido en varias guías e infografías las claves para entender qué significan estos cambios y cómo afectarán a nuestro día a día.
En lo que respecta a las redes sociales, como ciudadanos debemos tener claro cuáles serán nuestros derechos:
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- Derecho a conocer. Esto implica que podemos saber para qué utilizan nuestros datos (quién los tiene, para qué los utilizan, a quién los pueden ceder y quiénes son sus destinatarios). Lo más interesante de esta nueva norma es tener la posibilidad de saber a qué personas o empresas son cedidos nuestros datos. Además, podremos saber si nuestros datos se utilizan para elaborar perfiles o acciones automatizadas y qué consecuencias implica.
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- Derecho al olvido. A partir del mes de mayo, también tendremos derecho a suprimir nuestros datos por completo en varios casos. Por una parte, podremos pedir que una empresa (en este caso, una red social) suprima nuestros datos cuando haga un tratamiento ilícito de los mismos, cuando revoquemos nuestro consentimiento, o cuando nos opongamos a que nuestros datos sean tratados.
- Derecho de oposición al tratamiento de los datos. Podemos oponernos a que una empresa haga un tratamiento de nuestros datos por motivos personales (salvo que quien trata nuestros datos acredite un interés legítimo) y cuando el tratamiento tenga como objetivo el marketing directo. Es decir, cuando sepamos que una empresa esté utilizando nuestros datos para realizar acciones de marketing directo (como el envío masivo de emails, por ejemplo) podemos oponernos a que utilicen nuestros datos para esta finalidad.
Existen otros derechos que, como ciudadanos, debemos conocer para garantizar una correcta utilización de nuestros datos. Estos 3 puntos son un resumen de cómo afectará la nueva ley de protección de datos europea a las redes sociales en concreto. Aunque estas claves mejoran en gran medida al reglamento que existía hasta ahora, tendremos que ver si las grandes compañías como Facebook o Google cumplen como es debido esta nueva normativa. Y deberían hacerlo, ya que la nueva ley deja claro que el reglamento no solo se aplicará a las empresas europeas, sino a las de todo el mundo cunado sus actividades traten datos personales de ciudadanos europeos.
A pesar del novedoso derecho al olvido que recoge la nueva ley de protección de datos, seguirá quedando abierto el debate sobre la utilización de los datos con fines comerciales por parte de las empresas. Es evidente que la mayor parte de ingresos de empresas como Facebook que trabajan con perfiles reales de usuarios vienen de las empresas que compran esos datos (aproximadamente, un 60% de ingresos frente al 40% de ingresos que obtienen por publicidad). En este caso, podríamos preguntarnos si, a pesar de que dejemos de utilizar de repente las redes sociales, nuestros datos podrán volver a ser solo nuestros algún día.