Redes WiFi Mesh

Amplía el alcance de tu conexión con las redes WiFi Mesh

Internet ha cambiado nuestras vidas y no entendemos un presente sin esta tecnología. De hecho, cuando nos quedamos sin conexión perdemos la paciencia, ya que necesitamos estar en la red a todas horas. Lo más molesto de esta situación es ver cómo la conexión inalámbrica desaparece, sea en nuestra casa o en el entorno laboral. Para evitarlo, podemos configurar redes WiFi Mesh, que garantizarán una conexión continuada, de gran alcance y de calidad.

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Para evitar la pérdida de la conexión WiFi, o sencillamente para ampliarla, se suelen utilizar repetidores. Si la señal base de salida es débil, de nada servirá repetir la señal con varios dispositivos. En este artículo detallaremos qué factores pueden dificultar la conexión inalámbrica y cómo las redes WiFi Mesh pueden evitarlo.

¿Qué es una red WiFi Mesh?

La diferencia primordial entre los repetidores y un sistema WiFi Mesh es que los primeros se comunican exclusivamente con el router y los dispositivos Mesh se comunican entre sí y con el router. Esto hace que la conexión mejore tanto en alcance como en calidad. La característica más destacada de los sistemas Mesh es que dan conexión a nuestros dispositivos a partir del punto que mejor calidad de conexión proporcione.

Las redes WiFi Mesh permiten redireccionar la conexión de un nodo a otro en el caso de que uno deje de funcionar. De este modo, nuestro dispositivo mantiene la conexión a Internet en todo momento. Es importante tener en cuenta que las redes WiFi Mesh están formadas por varios dispositivos, mientras que el WiFi tradicional solo requiere de un router.

Cosas a tener en cuenta antes de integrar redes WiFi Mesh

Antes de implementar el sistema de redes WiFi Mesh, hay que considerar ciertos factores. Uno de ellos es la distancia del dispositivo emisor, puesto que hay que tener en cuenta el tamaño del local en el que vas a implementar esta solución. Tendrás que contemplar si vas a instalar la red Mesh en tu casa o en tu oficina y no pasar por alto su tamaño ni su distribución. Si vives en un piso pequeño o tu lugar de trabajo no es muy amplio quizá no necesites esta herramienta.

Una desventaja de esta tecnología es que los precios son elevados ya es relativamente novedosa. Por cada nodo se estima un gasto de unos 100 euros. Por ello, en función del tamaño del local el gasto podría extenderse considerablemente. Además, es necesario contar con un router compatible con las redes WiFi Mesh, cosa que implica otra inversión.

Para asegurar una red Mesh el primer paso es seleccionar un proveedor de Internet. Nuestro router presenta varias salidas LAN, que deberemos utilizar para conectar el nodo gateway (el que está conectado directamente al router del proveedor). El siguiente paso es distribuir los nodos a través de la zona en la que queremos tener conexión. Si solo contamos con un punto de acceso a Internet (router), debemos posicionarlo en el lugar más céntrico posible.

Los nodos deben colocarse de manera que reciban la emisión de datos entre sí para poder repetirlos y ampliarlos. Normalmente será necesario conectar todos los nodos al router para configurarlos y luego ya podremos colocarlos donde queramos.

Factores que dificultan la conectividad inalámbrica

La conexión inalámbrica o WiFi emite una señal que nace en el router principal. Se aconseja que este dispositivo se encuentre en el lugar más céntrico y elevado del habitáculo para ampliar su área de uso. Sin embargo, existen una serie de elementos que pueden hacer que la señal pierda potencia en su trayectoria.

  • Grandes espacios. Las redes WiFi no suelen estar pensadas para tener un gran alcance. En algunos hogares de gran tamaño puede que no ofrezcan servicio en toda la vivienda. Los locales comerciales, por muy diáfanos que sean, suelen ser de tamaño considerable. Es en estos casos cuando más se recomienda contar con una red WiFi Mesh.
  • Paredes. Las paredes son el peor enemigo del WiFi. La señal «choca» contra el hormigón, la madera o la piedra y pierde potencia. En algunos casos llega a desaparecer por completo en función del material utilizado. Un edificio con muchas habitaciones es más propenso a provocar problemas con la conexión inalámbrica que no uno abierto.
  • Metal. Se trata de uno de los materiales que más aísla las ondas que emite el router. Hay que evitar los techos formados por placas metálicas, por ejemplo.
  • Mobiliario. En función del material y de la cantidad del mobiliario del lugar, la red WiFi puede resentirse.
  • Señales de radiofrecuencia. Los dispositivos que emiten señales de radiofrecuencia provocan interferencias. Algunos ejemplos son los hornos microondas, el televisor, el PC o incluso la tecnología bluetooth.

Las redes WiFi Mesh ayudan a que todos estos condicionantes no afecten tanto a la conectividad. Cada nodo tiene potencia suficiente como para evitar que se pierda la conexión. Por ello, se trata de la tecnología más recomendable si se quiere asegurar una red inalámbrica estable.

Aunque las redes Mesh requieren de un trabajo inicial de configuración, proveerán de Internet en toda la zona. Los equipos Mesh se recomiendan especialmente en oficinas de gran tamaño y con una gran afluencia y en casas con las factores anteriormente mencionados.